Un argentino les ganó al 1, 2 y 4 del mundo y se llevó lo que sería, para transformarlo en idioma ATP, un Masters 1000. Nunca había llegado a semifinales de un torneo así.
Fotos: Japan Open.
“Quiero ser Federer”, dijo, hace ya varios años, Gustavo “Lobito” Fernández frente a la pantalla del televisor. El jugador de Río Tercero se llevó el Abierto de Japón, con cuadro de 32 jugadores, los mejores del tenista adaptado a nivel profesional. El campeonato era categoría Super Series, la inmediata inferior a un Grand Slam, y se jugó sobre cemento al aire libre, en Lizuka, Fukuoka.
Número uno en juniors el año pasado, campeón parapanamericano en Guadalajara, ahora se meterá por primera vez en los top ten (era 15º antes del torneo).
“En semi está el 2, 3, 4 y yo, no se que hago ahí pero estoy”, había escrito Gustavo, de 18 años, en tuiter. Estuvo y fue el único de los cuatro que no perdió. “Campeon de mi primer SuperSeries ganandole al 1, 2 y 4 del mundo.. Una semana q voy a recordar siempre.. Gracias a todos por el apoyo!..”, escribió horas más tarde.
El partido ante el mejor del ranking, el holandés Maikel Scheffers, duró más de tres horas y terminó 6-7 (5), 7-6 (3) y 7-5. También venció al holandés Ronald Vink (4°) 6-2 y 7-5, y en la final al francés Stéphane Houdet (2º) por 6-3 y 6-3.
Su gira continúa en Corea del Sur, con la Copa Mundial por equipos, junto con Agustín Ledesma y Ezequiel Casco. Los tres fueron campeones mundiales junior, en Tarbes . Son sextos preclasificados en el Grupo Mundial, el más importante.
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